Ese tiempo nuestro,
ni breve ni largo,
en que jugamos a amarnos,
de noches consteladas,
de alegres mañanas,
de tardes con alas,
de mansa calma
y turbulentas aguas.
Ay, , ese tiempo
que nos alejaba
las soledades del alma,
conjugando el verbo,
inventando la palabra,
dando rienda suelta
a pasiones desenfrenadas,
se nos perdió un mal día
de gris agonía,
aciago, torpe día.
Ya no es tuyo ni mío,
solo tiempo del tiempo
perdido en lo eterno.
Amor, tú y yo tan lejos
ya no sabemos
si alguna vez fue nuestro.
Salto Grande, 2008
Tercer Milenio en la Cultura
Asociación Tercer Milenio en la Cultura, Rosario, Argentina
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Rodrigo Guidetti