Tierna mirada, piel de seda, labios de miel, Ángel. Ángel en el cual reposan mis manos, Sobre su cuerpo desnudo Ángel cual solo murmuro su nombre Y el marchito corazón suena al ritmo del campanario, Alegre de recibir un nuevo hijo. No dejes Ángel, en mi lecho oscuro posarte, No dejes marchitar este corazón que a ritmo con tus suspiros va, No dejes Ángel a este trovador de palabras simples morir sin amarte. Reposa en mi regazo, reposa en mis ojos En mis brazos carentes de cuerpo. En mis labios ansiosos por tu beso. Llévame al paraíso de tu cuerpo. No dejes Ángel, en mi lecho oscuro posarte, No dejes marchitar este corazón que a ritmo con tus suspiros va, No dejes Ángel a este trovador de palabras simples morir sin amarte.
Tercer Milenio en la Cultura
Asociación Tercer Milenio en la Cultura, Rosario, Argentina
Desarrollado por
Rodrigo Guidetti